x Yohana Lezcano Lavandera
Al ritmo del Bugalú, los Bailadores de Santa Amalia hicieron gala de sus potencialidades artísticas para ganarse la sonrisa y el aplauso de todos los asistentes a la presentación de los Premios Casa 2009, celebrada este miércoles junto al majestuoso Árbol de la vida. El Bugalú, modalidad musical surgida en la década del 60 en Nueva York y propia de la cultura diaspórica latina en los Estados Unidos, es una de las hibrideces que cocina el investigador puertorriqueño Juan Flores en su ensayo Bugalú y otros guisos, laureado con el Premio Extraordinario del pasado año. Flores explicó que su libro trata sobre identidades mezcladas en un guiso de culturas cuya base primordial es la historia social. Y es que Bugalú… habla de esos latinoamericanos radicados en los Estados Unidos que hace medio siglo no poseían muchos conocimientos sobre música, pero que aún así, la llevaban en el corazón. El también profesor de estudios latinos del departamento de análisis social y cultural de la Universidad de Nueva York reveló que su propósito al realizar ese ensayo fue rescatar aquellas costumbres eclipsadas por fenómenos anteriores y posteriores de quienes no son reconocidos como parte de América Latina. Junto a otros sonidos que delatan a la música como ventana de la cultura centrada en la historia diaspórica, Bugalú y otros guisos propone adentrarse en otros temas como los flujos migratorios y las remesas culturales de los inmigrantes latinos en Norteamérica en su proceso de conformación de identidades, costumbres y valores propios. Otro de los galardonados con el Premio de la pasada edición fue el boliviano Claudio Ferrufino-Coqueugniot, quien ofreció las claves de su libro El exilio voluntario y las motivaciones surgidas para escribir “unas páginas que lo que tienen de turbias también lo tienen de sinceras.” Roberto Zurbano, director del Fondo Editorial Casa de las Américas, quien estuvo a cargo del lanzamiento de los libros, indicó que la “novela intensa” de Ferrufino, “escrita desde cierto escepticismo y desesperanza en medio de los Estados Unidos por un boliviano”, puede ser leída desde varias posibilidades: fantástica, autobiográfica, de aventuras. La única mujer que obtuvo la más alta distinción del Premio Literario en 2009, Yolí Fidanza, hizo llegar una comunicación desde su Argentina en agradecimiento al jurado que confió en su novela juvenil La prometida del señor de la montaña o La doncella del Huillallaco. “La palabra escrita debe reemplazar a la presencia física y llegar igualmente cargada de emoción”, escribió Fidanza en la carta enviada, la cual reflejaba también la definición de su obra como “un libro corto donde están contados, en un lenguaje limpio, unos sucesos en parte históricos, en parte pura ficción”. Argentina fue el país que más premios alcanzó en la edición 50 del concurso literario. En la categoría testimonio fue privilegiado el libro Mañana es lejos (memorias verdes de los años rabiosos), del rioplatense Eduardo Rozenzvaig. Según el director del Fondo Editorial Casa de las Américas, Mañana es lejos, “vuelve sobre los pasos de un momento terrible para la vida de los argentinos y vuelve a exorcizar los fantasmas de lo que fue la dictadura militar en ese país.” Réquiem, del poeta brasileño Ledo Ivo, completa los cinco Premios Casa 2009 presentados en la jornada del miércoles. Este es un libro que “desde el resplandor del silencio alcanza un ritmo poético que resulta un canto esencial a la vida”, y para Zurbano “debe ser leído en la más pura intimidad.”
Durante el lanzamiento de las obras premiadas el pasado año, se presentó también la mención en la categoría de Novela 2009, Lo que no fue, del argentino Enrique Ferrari. Esta narración entra en una reescritura de la Guerra Civil vivida por un descendiente de españoles en Argentina. Roberto Zurbano agregó que vale la pena tener una referencia de esa “ficcionalización de una historia o historización de una ficción” para reconstruir cualquier biografía de esos que llegaron a América Latina después de la Guerra Civil.
Uno de los premios honoríficos otorgados por la Casa hace un año fue El alternado paso de los hados, del peruano Carlos Germán Belli, el cual obtuvo el premio de poesía José Lezama Lima. Este es un “poemario de madurez en el que se asoman, bajo una sencillez sorprendente, preocupaciones que abarcan de los asuntos más nimios a los más trascendentales.” Quienes asistieron a la presentación de los Premios Casa 2009 en la Sala Che Guevara, disfrutaron de la presencia del colombiano Roberto Burgos Cantor, autor de La ceiba de la memoria, obra condecorada con el Premio de narrativa José María Arguedas. Burgos Cantor exaltó la importancia de la Casa como lugar de legitimidad para esos escritores que resultan premiados y señaló que esa condición lo honra y lo llena de retos. Además recordó que en “Don José María Arguedas” está el “tremendo conflicto del narrar y del lenguaje”. Por otra parte, Zurbano dijo del premio Ezequiel Martínez Estrada correspondiente a la obra Globalización e identidades nacionales y postcoloniales… ¿de qué estamos hablando?, del chileno Grínor Rojo: “Es un libro de una ensayística crítica bastante aguda que niega y afirma, simultáneamente, que las literaturas pueden expresar identidades nacionales en tiempos de globalización”. Un momento especial fue también la intervención del investigador brasileño Carlos Walter Porto-Gonçalves, ganador del premio Casa 2008 con La globalización de la naturaleza y la naturaleza de la globalización, y jurado de la presente edición en la categoría de literatura brasileña. Porto-Gonçalves realizó varias reflexiones sobre la situación actual de nuestro mundo y enfatizó en que la esencia de la sociedad capitalista es la separación del hombre de la naturaleza a través de un mecanismo en que todo pasa a ser mercancía. El brasileño argumentó la creciente diferencia entre pobreza y opulencia, y destacó que los países más necesitados no tienen ni la más mínima posibilidad de participar en el “banquete” de los ricos. Este jueves a las siete de la noche se realizará la entrega de los Premios Casa de las Américas 2010 en la Sala Che Guevara.
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