martes, 29 de junio de 2010

se viene SACRIFICIO, de Leo Oyola

más info sobre la segunda parte de la saga de la Víbora Blanca y un video de Leo contando de qué va la cosa en la página de Negro Absoluto





lunes, 14 de junio de 2010

LA PANDILLA: ALEX, HANNIBAL, TYLER Y LISBETH

Tarde, como casi siempre, llegué a Stieg Larsson. Ahora hace una una semana que ando enloquecido con la trilogía Millennium (voy por el principio del último tomo y ya empecé a bajar las peli), que además de unos títulos excelentes -Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (de pie, aplausos) y la princesa en el palacio de las corrientes de aire- tiene un personaje tremendo, la haker-border-dark, Lisbeth Salander.
Pensé: una novela excelente con un(a)
psicópata adorable y una (elogiada) versión cinematográfica. Y la asociación se disparó sola.
R
ecordé entonces al adolescente que yo era cuando leí al adolescente ultraviolento que hablaba nadsat (intenté incluso una banda rockero metálica que se llamara Alex y sus Drugos), la resignificación del horror que supuso ver a Hopkins interpretando al Doctor Canibal Lecter, la envidia de escritor novato que me produjo el personaje de Palahniuk .
Una por década:
La Naranja Mecánica en los 70, El Silencio de los Inocentes en los 80 y El Club de la Pelea en los 90. Es el turno, supongo, de Millennium.
Ahora los dejo, tengo que volver a las aventuras de la buena de Sally...




domingo, 6 de junio de 2010

SE VIENE LA 23ª!


Mientras por todo Buenos Aires se sueña con estar en Sudáfrica viendo el Mundial, yo puteo por no poder ir a ver a River y fantaseo enfebrecido con una imposible viaje a Gijón el mes que viene, para la Semana Negra.
Entonces, con el fin de pasarle esta fiebre a otros, van las palabras
de su director, el Capitán Paco Ignacio, para presentar la disneylandia de niños trotskistas y adultos insumisos de este año.
Salud!

Más abajo y a la derecha de la pantalla, encontrarán el enlace permanente a la página de La Negra.

DE SÓLO PENSARLA, LA SEMANA NEGRA ME GUSTA
x Paco Ignacio Taibo II

De repente giras la cabeza y el mundo gira contigo. Once pequeñas voces revolotean en tu cabeza. A ellas se suman los ruidos del aceite hirviendo de una churrería, los ecos malignos de una tómbola y las voces de una charla que salen de la Carpa del Encuentro.
No hay sorpresa, la Semana Negra es así, impone una extraña multi-operacionalidad de los sentidos, obliga a volver el don de la ubicuidad algo normal, a escuchar tres preguntas al mismo tiempo y tener respuestas.
¿No era eso lo que queríamos?
Bajo la apariencia del caos, un nuevo orden.
A lo largo del año piso territorio en muchos festivales, encuentros literarios, ferias del libro. La mayoría me gustan. Permiten a los escritores un encuentro con la realidad, la dura realidad de los lectores. Algunas, las menos, me fastidian, tiene un tufo aristocrático, que me irrita, parecen querer separar la literatura de la vida.
Aquí, en Gijón, en la Semana Negra, estoy en casa y danzo, bailo, de tema en tema, de visión sorprendente a visión sorprendente. Del colega que me ilumina con su percepción de la literatura, del debate que me apasiona, de la exhibición de libros que opera como una tentación casi irresistible, a la parrilla donde asan doscientos chorizos, de la manera amorosa como un congoleño le quita el polvo a sus estatua de madera, de esta abundancia brutal de luz.
Y todo esto se convierte en historias, en anécdotas que voy almacenando en ese deteriorado arcón de mis recuerdos, que debe de tener muchos agujeros en el fondo.
¿Recuerdas?
Recuerdo.
El día en que el viento trataba de hacer elevarse nuestro escenario y cogidos a las cuerdas resistíamos.
Cuando descubrí la nueva literatura rusa de espionaje.
El día en que rompimos el premio Guiness de la conga más larga de Europa
La vez en que me quité los zapatos y tuve que tirar a la basura unos calcetines destrozados, con todo y un poco de mi piel.
Las charlas a la luz de la luna con mi padre.
La media hora dedicada a recuperar los cómics que me faltaban.
La gente abalanzándose sobre el libro pepsi y la señora con paraguas que quería quitarle a Mariano Sánchez Soler uno de sus ejemplares por más que argumentara que a él le tocaban dos porque era autor.
Mis gloriosas y eternas discusiones con los feriantes.
El placer de escucharle a Ángel mi poema favorito.
La la lista sigue interminable.
Sólo de pensarla, la Semana Negra, me gusta.
Qué extraña situación esta que a un director le guste el festival que dirige, que el trabajo se vuelva tanto placer.

Gijón, 2 de junio de 2010