En un par de semanas saldrán en España las dos primeras novelas de la colección Negra, Urbana y Cañalla: El chef ha muerto, de Yanet Acosta y la novela que da nombre a este blog.
En el prólogo a Que de lejos parecen moscas, Carlos Salem, quien es también el director de la colección, nos cuenta un poco de qué va la cosa:
Un coche negro como un rayo negro y lujoso cruza la General Paz, que divide Buenos Aires en cintura para arriba y cintura para bajo. Dentro del coche, su dueño: el señor Machi. Dueño también de los empleados de sus empresas, de propiedades en barrios selectos y de una interminable colección de corbatas italianas. Lustroso, satisfecho, el señor Machi. Se reconoce como un hombre hecho a sí mismo y hecho a medida, desde que hace más de treinta años comenzara con una pequeña fábrica familiar; mientras adelanta coches que valen lo que una de sus noches de mujeres caras y cocaína de la buena. Un incidente tan trivial como simbólico lo enfrenta con un problema que puede arrebatarle el éxito tan duramente alcanzado. Y tiene que resolverlo solo, porque no sabe quién le ha tendido la trampa. una lista de los posibles culpables. Y son tantos que pierde la cuenta.
Pasaron poco más de dos años desde que empecé a escribir la historia, desde que se la conté por primera vez a mi amigo Juan, mientras mirábamos un Racing-River que nos ganaron con gol de Lugüercio. Ahora sólo resta esperar unos días pera verla transformada en libro.
Es milagroso.
Salud!
KikeEn el prólogo a Que de lejos parecen moscas, Carlos Salem, quien es también el director de la colección, nos cuenta un poco de qué va la cosa:
Un coche negro como un rayo negro y lujoso cruza la General Paz, que divide Buenos Aires en cintura para arriba y cintura para bajo. Dentro del coche, su dueño: el señor Machi. Dueño también de los empleados de sus empresas, de propiedades en barrios selectos y de una interminable colección de corbatas italianas. Lustroso, satisfecho, el señor Machi. Se reconoce como un hombre hecho a sí mismo y hecho a medida, desde que hace más de treinta años comenzara con una pequeña fábrica familiar; mientras adelanta coches que valen lo que una de sus noches de mujeres caras y cocaína de la buena. Un incidente tan trivial como simbólico lo enfrenta con un problema que puede arrebatarle el éxito tan duramente alcanzado. Y tiene que resolverlo solo, porque no sabe quién le ha tendido la trampa. una lista de los posibles culpables. Y son tantos que pierde la cuenta.
Pasaron poco más de dos años desde que empecé a escribir la historia, desde que se la conté por primera vez a mi amigo Juan, mientras mirábamos un Racing-River que nos ganaron con gol de Lugüercio. Ahora sólo resta esperar unos días pera verla transformada en libro.
Es milagroso.
Salud!
Buenos Aires, 10 de mayo de 2011
nuevamente felicitaciones Kike, no se si te llego mi anterior mensaje. Ni bien termine el festival, pongo lo de tu novela.
ResponderEliminarSaludos
Nicolas
Gracias, Nicolás. si los recibí. Te contesté, de hecho, acá y en MyS (tengo el blog linkeado acá al lado).
ResponderEliminarpasenla bien en MdP, beban bastante (yo estoy meta escribir sobre ratas y venganzas).
saludos a los amigos por ahí.
Abrazo