Antonio Guerrero pregunta y yo respondo, entre otras cosas: "creo que los temas que trato, aunque contados desde mi porteñidad, son más bien universales: fui niño en la dictadura, adolescente en la hiperinflación, la caída del muro de Berlín y el puto fin de la historia. Me tocó un mundo sin esperanzas y crecí en él. Eso es lo que puedo contar y es lo que cuento" o "una forma de contar que no habla de crímenes en abstracto sino del resultado de esos crímenes en los cuerpos, las mentes y, si se me permite, las almas de quienes los cometen o los padecen. Una renovación —cuya expresión más alta hasta hoy es Chamamé de Leo Oyola— hija de las novelas de David Goodis y Jim Thompson y, en español, del Andreu Martín de Prótesis"
Gracias a Antonio. Y a Mamen, que nos contactó.
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