De pibe, como a todos, me gustaba mucho Dolina. Lo leía con admiración, lo escuchaba en la radio, a veces -con Marina, Sergito y un mate- lo íbamos a ver.
Después se me gastó. Me aburrieron sus chistes, dejaron de deslumbrarme sus conocimientos, me empezaron a resultar previsibles sus actitudes callejeras.
Como muchos de ustedes saben, con Juan Mattio estamos trabajando juntos en una novela que se llamará Punto ciego.
Hoy trataba de reflexionar sobre esa experiencia de escribir a cuatro manos.
Y mientras lo hacía, me di cuenta que lo que estaba pensando ya lo había leído en algún lado.
Entonces fui al Ángel Gris para reencontrarme, después de tantos años, con Dolina. O con este texto suyo, al menos.
"La primera (recomendación para escribir en colaboración) es eligir un par. No es honesto aprovechar el talento o el prestigio de alguien mejor que uno. Y también es penoso detenerse cada tres pasos para esperar a un insolvente.
La segunda es también la última: es conveniente, antes de escribir con alguien, practicar la amistad, compartir aventuras y desaventuras durante algunos años, cultivar el afecto y la compasión, generar el respeto y la comprensión tolerante. Después, recién entonces, uno podrá decir que está listo para empezar la obra.
Pero la obra ya estará terminada. "
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