Hace un tiempo apareció en Internet una supuesta entrevista a Carlos Camacho, alias Marcola, el jefe de la banda carcelaria de San Pablo PCC (Primer Comando de la Capital) . La entrevista, que supuestamente había aparecido en O Globo no fue más que un hoax (engaños masivos por medios electrónicos, especialmente Internet, según Wikipedia) del periodista y cineasta Arnaldo Jabor.
Como sea, en la entrevista -una visión lúcida y aterradora del futuro que ya está acá- Jabor le hace decir a Marcola:
“Mis soldados son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país. No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. ¿Ustedes no escuchan las grabaciones hechas "con autorización" de la justicia? Es eso. Es otra lengua (…) una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes. Mis comandados son una mutación de la especie social (…) Estamos todos en el centro de lo insoluble. Sólo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida. Sólo la mierda. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella. Entiéndame, hermano, no hay solución (…) La propia idea de "solución" ya es un error.”
Hoy lo releía y me hizo pensar en lo que está pasando en el género negro. Y especialmente en la Colección Bichos, de la editorial digital Sigueleyendo: megabytes y un nuevo lenguaje en un mundo sin salida.
Dice Cristina Fallarás: "La novela negra antigua se centraba más en la explicación de las clases sociales. Ahora, es la rabia de los que no tenemos nada (…) Al No Futuro te tienes que enfrentar con sangre y armas, con bestialidad de verdad."
En el mismo sentido yo le decía hace poco en una entrevista a Juan Mattio: "Contamos la desesperanza. Fuimos nenes en la dictadura, adolescentes en la hiperinflación, la caída del muro de Berlín y el puto fin de la historia. Nos tocó un mundo sin esperanzas y crecimos en él. Eso es lo que podemos contar. "
No es casual que los tres (Cristina, Juan y yo) seamos parte de la Colección Bichos: La Colorada Fallarás es el motor y la cara visible del equipo Sigueleyendo (compuesto también por Raúl Argemí, Soledad Arismendi, Alejandro Crimi, Silvia Cruz, Lucía Lijtmaer, Txiqui Navarro, Mireya de Sarraga, Susana Sánchez, Jaume Teixi y Carlos Zanón) ; yo escribí el primero de los relatos publicados, El cazador de ratas, mi cover-version de El flautista de Hamelin; y Juan es el más novato, la apuesta a futuro.
Pero, ¿de qué se trata la Colección Bichos?
Mi abuelo decía que tener amigos es mejor que tener plata. Cristina y sus secuaces parecen pensar lo mismo. Y como tienen una gran agenda llena de amigos, la usaron. Le propusieron a lo mejor del género -y sus alrededores- de cinco países y a algunas voces nuevas y nuevísimas la re-escritura de un clásico de la literatura infantil en versión adulta, aprovechando lo que esos cuentos tienen de aterrador, de perturbador, de violento. Para venderlo a en formato digital. A un euro. Un puto euro.
Y nada de filtros ni mecanismos de seguridad absurdos.
Apostaron -también- a la complicidad con el lector. "El 50% de lo que usted paga por este libro va directo al escritor, sin el cual no existiría. Para que usted pueda leerlo ha sido necesario el trabajo de un escritor, un editor, una correctora, un técnico en digitalización, una diseñadora web, un webmaster y un productor. Si lo piratea, ya sabe a quién roba. Si nos roba, mejor no nos lea. No va a entenderlo", avisan.
Ya salieron 14 del medio centenar programados: Juan Ramón Biedma, Jorge Moch, Juan Abreu, Laura Fernández, Gaby Cabezón, Raúl Argemí, Diego Ameixeiras, Miguel Molfino, Rolo Diez, Sebastién Rutés, Victoria Bermejo y Tornasol, Milo Krmpotic, Carlos Zanón y yo mismo.
Vayan a buscarlos. Encontraran ahí incesto, redes de prostitución infantil, asesinos seriales, narcotráfico, tortura.
Bestialidad de verdad.
Un mundo sin esperanza.
El centro mismo de lo insoluble.
Buenos Aires, noviembre de 2011
Besazo, mi amor.
ResponderEliminarC.
recien terminé de leer tu cuento.
ResponderEliminarDe los que léi, el que mas me gustó
Muy bueno Kike. Esperando para leer el de Juan.
un abrazo grande!
N